jueves, 15 de mayo de 2008

Voces

Sólo su voz me llegó de la luna y se quedó ahí, quieta y difusa.
En una amarilla noche, de un obtuso junio, entre vivas de mundial y un coro de cintas, su rostro se volvió gris, su rostro un cuadro de mil preguntas.
Los sueños me tomaron por asalto poblándome de imágenes, palabras, sentimientos, olores, texturas, torbellino inquieto dentro de mi cuerpo, niña.
Un sin fin de violencias ante la algarabía adusta del sarcófago inerte. Inmóvil allí la vida, aquí la muerte.
Cabalgata atroz, mi pecho se hunde y se vuelve grito en la penumbra inminente. Sólo escucho mi propia voz que quiebra el silencio, voz que llegó de la luna para decapitar a la muerte.
-¡Papá!
Mientras mi vientre se espasma de angustia, no hay respuesta en la habitación que conteste la certera agonía.
-¡Papá!
No hay brazos, no hay voz, sólo hay un alma que sopla susurros de te quiero en mi lecho de niña.
-¡Papá!
Con sabor a pena su aliento me despide, volviéndose eco que olvida la rima.
-Papá está dormido.
Mamá me lleva en brazos hasta el rostro paterno que en su paz, no muestra surcos de risa.
Mamá, yo y él, nuestra intimidad en la última madrugada y mi beso en la frente añeja como última huella en la noche fría.
-Papá está dormido.
Contesta mi madre como consuelo insigne.
-Papá está dormido.
Quien sabe si duerme?
Quién sabe si escucha?
A la niña que grita en el silencio de la noche, para decapitar a la muerte con versos gastados, con versos diminutos como ella, con versos que siguen apostando a la vida.

1 comentario:

roxana dijo...

Algo de Silvio Rodriguez:
Al final de este viaje
en la vida,quedarán
nuestros cuerpos hinchados
de ir a la muerte, al odio,
y al borde del mar
Al final de este viaje
en la vida, quedará
nuestro rastro invitando
a vivir.
Por lo menos por eso
es que estoy aquí.
Somos prehistoria
que tendrá el futuro,
somos los anales
remotos del hombre
(...)
Al final de este viaje
estamos tu y yo
intactos, quedamos
los que pueden sonreír
en medio de la muerte
en plena luz, en plena luz...