miércoles, 12 de septiembre de 2007

Ermitaña

Es muy loco que en la gran ciudad una se sienta sola. Es muy loco y muy común. Es esa sensación de multitud que amenaza con devorar la individualidad. A la vez, hay una sensación de comodidad. Una pasa desapercibida...es una más, nadie se detiene y todos nos movemos en bloque: subte, tren, colectivo. Paradójicamente mi ermita es una ventana a otros y otras para decirme y decirles sin retener identidades, sin apropiarme de gestos. Protejo mi individualidad como algo sagrado, lo propio, lo intransferible. Comparto mis reflexiones, mis insultos y mis ganas de remodelar la vida con sus rumbos. Soy un poco poeta, alquimista, trotamundo, buscadora pendular y errante. Soy una ermitaña más, en la gran ciudad.

1 comentario:

Arleqino dijo...

una mónada es sin puertas ni ventanas, decía Leibniz. y tal como las construcciones barrocas él imaginaba que cada uno de nosotros somos una mónada: es decir, un mundo cerrado tras la pantalla de la Percepción (que jamás es algo absoluto ni un espejo -pasivo- de una realidad compacta).
el "mundo" entero está en cada uno de nosotros, pero solo podemos verlo desde un lugar determinado: nuestro punto de vista.
y el "mundo" está preñado de infinitos mundos posibles.
y el "mundo" es distinto de acuerdo a cada mónada, de acuerdo a cada punto de vista.
sin puertas ni ventanas.
y aún así, los demás nos impiden que nos limitemos al encierro: el encierro de un único punto de vista -absoluto, compacto- que ya no tenga conexión con los demás.

mi querida poetiza, alquimista, soñadora, bienvenida a estos pagos virtuales.

te dejo un abrazo grande y un beso de arlequín (o sea, uno con muchos colores).