miércoles, 22 de octubre de 2008

Verdades

Si te quiero sin quererme, es muy probable que no te quiera.
Si te quiero sin quererme es probable que no te quiera bien o quiera lo que no sos.
Si te quiero sin quererme, dónde está la magia de lo diferente, dónde queda el asombro de lo que no soy yo?
Si en el laberinto de querernos, me aferro al espejismo de postergarme sin razón. Si me abandono justificándome, justificándote y dejo de ser yo?
El laberinto se hace estrecho y vuelvo a encontrarme con la pared. No avanzo ni retrocedo, tan sólo me estanco, me lapido, me derramo inútilmente, confundiéndome en lo que no quiero ser.
Boicot. Autoengaño. Me corto las alas o, mejor dicho, te entrego las tijeras, para después tener argumentos para reclamar por lo que no me animo.
Libertad. Hermosa palabra, anudada al miedo, al vértigo. Desafío que duele y empodera.
Si te quiero queriéndome, es probable que el amor sea más valiente y menos urgente.
Si te quiero queriéndome, es probable que no me canse de quererte.

1 comentario:

El peregrino dijo...

¡Ah! Las cosas que me ha hecho recordar esta entrada: de los tiempos en que ofrecía el candor del amor, sin saber, sin pensar, para terminar sufriendo al final. Gracias. Saludos desde Bogotá.